viernes, 2 de marzo de 2012

La obsesión de un sector de la prensa con la Iglesia: tras atacar al clero por los abusos sexuales, le toca al IOR

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha hecho público un comunicado en el que rechaza las afirmaciones realizadas en un artículo aparecido ayer en el diario italiano “L'Unitá”, bajo el título ‘Blanqueo, cuatro sacerdotes investigados. Los silencios del Vaticano sobre los controles’.
Cierto sector de la prensa tiene como norma atacar a la Iglesia aunque no tenga hechos verídicos que confirmen su argumentación. Primero fueron los lamentables y dolorosos abusos sexuales por parte del clero, que fueron amplificados y exagerados por ese sector de la prensa. Ahora le toca el turno al IOR, el Instituto para las Obras de Religión conocido como ‘banco vaticano’.
 
Falta de “seriedad” periodística
 
En un comunicado emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede se afirma que “el artículo (…) presenta, lamentablemente, una notable falta de seriedad en la investigación por parte de la autora”.
 
“Ante todo –prosigue el texto-, es necesario hacer dos observaciones preliminares. El título habla de los silencios del Vaticano. (…) Esto carece totalmente de fundamento: la Santa Sede y las autoridades del Vaticano han cooperado debidamente con los magistrados y otras autoridades italianas. Las acusaciones contenidas en el artículo retoman críticas ya superadas. (…) Se trata de acusaciones 'recicladas' que la periodista ha publicado otras veces en el pasado. El repetirlas de nuevo no las hace verdaderas. Cabe preguntarse si el artículo no constituye una especie de publicidad para un programa televisivo nocturno”.
 
Por lo que se refiere al contenido del artículo, El Vaticano precisa lo siguiente que “la acusación principal es que el IOR ha sido implicado en una actividad ilegal y no ha asistido a las autoridades italianas que perseguían a estas personas” (los presuntos blanqueadores de dinero).
 
“Esto no es correcto. Ante todo, el artículo no dice que, a partir de los años 2006-2007, el IOR se ha comprometido con determinación en el análisis de las cuentas y en la verificación de sus clientes para comprobar y referir la eventual existencia de transacciones sospechosas. Este compromiso del IOR -que, curiosamente, la prensa parece ignorar-, finalizado a detectar transacciones sospechosas, anticipa de varios años la misma adopción de la ley N. CXXVII contra el blanqueo de dinero, del 30 de diciembre de 2010, por parte del Estado de la Ciudad del Vaticano”.
 
“El IOR ha proporcionado informaciones, incluso fuera de los canales formales, en el periodo precedente a la constitución de la Autoridad vaticana de Información Financiera (AIF). La cooperación del director general del IOR, Paolo Cipriani, ha sido definida como 'tempestiva y exhaustiva' en documentos de funcionarios italianos. De hecho, en uno de los casos, ha sido precisamente la rápida acción del director Cipriani lo que ha permitido poner bajo acusación a una de las personas indicadas”, continúa el comunicado.
 
Finalmente, la Santa Sede afirma que no es cierto que el IOR no ha proporcionado informaciones a la AIF sobre las materias en cuestión, y que no es cierto que la AIF no ha enviado estas informaciones a la Unidad de Información Financiera Italiana. Además, constata que por lo que se refiere a una de las personas mencionadas en el artículo “las autoridades italianas nunca han presentado una petición sobre ella a la AIF. Por tanto, es evidentemente imposible que la AIF pudiera 'responder' a su homóloga italiana”.
 
“El artículo, además, no refiere que una de las personas que menciona -el rev. Bonaccorsi- fue declarada inocente el 6 de junio de 2011, con sentencia confirmada en apelación. El artículo tiene también un efecto lamentablemente difamatorio, que resulta de la utilización del término 'incriminado' aplicado al presidente y al director general del IOR, cuando ni el uno ni el otro han sido incriminados nunca, sino más bien investigados”.

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