martes, 8 de mayo de 2012

Los obispos nigerianos critican la debilidad del Gobierno: “el Estado debe ser más proactivo para contrarrestar a Boko Haram”


Hace apenas un mes, el grupo terrorista islamista Boko Haram se jactó de haber declarado “una guerra a los cristianos” y de buscar su “erradicación” en toda Nigeria. Una muestra de ello fueron los dos coches bomba quetiñeron de sangre la Semana Santa en Kaduna al provocar al menos 38 muertos y una cifra similar de heridos de gravedad.

El pasado domingo, 29 de abril, al menos 21 personas fueron asesinadas y más de veinte heridas en sendos ataques perpetrados en los servicios dominicales en un campus universitario en Kano y en una capilla en Maiduguri.

Los ataques fueron especialmente violentos y, los cristianos de la capilla de la Universidad Bayero fueron tiroteados por islamistas mientras trataban de escapar del escenario del atentado con bomba que se acababa de producir. Murieron al menos 16 personas.

En el otro ataque, el producido en Maiduguri, un comando de terroristas abrieron fuego contra los fieles reunidos en oración en la capilla de la Church of Christ, matando a cinco personas.

“La seguridad del Gobierno no funciona”

Aunque en principio nadie reivindicó los ataques, los obispos nigerianos chan criticado la debilidad del Gobierno y denunciado que “el Estado debe ser más proactivo para contrarrestar a los Boko Haram, que han puesto en la mirilla a la Iglesia”, aseguró el arzobispo de Jos y presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, monseñor Ignatius Ayau Kaigama.

“Estos ataques son una continuación del estado de inseguridad del que desde hace tiempo hemos expresado nuestra preocupación como obispos”, añadió tras los sucesos en declaraciones a la Agencia Fides.

“Teníamos la esperanza de que los atentados cesasen, pero son cada vez peores, provocando la muerte de fieles, estudiantes y periodistas inocentes”, afirmó monseñor Kaigama recordando los atentados del 26 de abril contra dos oficinas de periódicos en la capital federal Abuja y en Kaduna, al norte.

El prelado subrayó que “Boko Haram ha ampliado la lista de objetivos: cuarteles de policía, escuelas, iglesias, universidades, redacciones de periódicos. La Iglesia, especialmente la católica, es un objetivo porque, a los ojos de los fanáticos de Boko Haram, representa la cultura y los valores occidentales que ellos afirman combatir, en particular, la educación occidental”.

La secta busca conquistar de esta forma un espacio en esa parte de la sociedad del norte de Nigeria, que le cuesta dar cabida al diálogo interreligioso. Como recuerda monseñor Kaigama “en Kano no ha sido atacada una iglesia católica, sino una comunidad católica reunida en una zona de la universidad para asistir a la misa. Esto es así porque en Kano los cristianos se enfrentan a graves dificultades para poder construir sus propias iglesias y lugares de culto”.

“Estos jóvenes asesinados en la universidad eran la esperanza de nuestro país. Esto desafía a la lógica, Eran gente que trataba de construir un país mejor”, concluyó.

Cada vez más ataques

A pesar del despliegue masivo de militares, de secuestro de armas y explosivos y la detención de militantes, Boko Haram ha incrementado sus ataques.

“En mi opinión creo que el Gobierno debería reconsiderar la estrategia de lucha contra el terrorismo. Uno debe preguntarse ¿cuál será el próximo ataque? ¿En un aeropuerto? ¿En un mercado abierto o en otro lugar lleno de gente? Creo que nuestras agencias de seguridad deben actuar de forma más pro-activa para anticipar los movimientos de los terroristas” insistió el arzobispo de Jos.

También el arzobispo de Abuja, John Onaiyekan, denunció la débil respuesta del Gobierno a la creciente amenaza de los grupos islamistas, afirmando que los cristianos están cada vez más en riesgo de sufrir ataques.

“Al principio estábamos dispuestos a ser pacientes con el Gobierno cuando decía que este tipo de terrorismo islámico es nuevo”, pero “han tenido tiempo suficiente para aprender cómo manejar esta situación, reuniendo inteligencia sobre los directamente implicados y ofreciendo documentación”, dijo.

“Ha quedado claro que tenemos un débil Gobierno que ha reunido un conjunto de compromisos que significan que la acción que debería tener lugar no está teniendo lugar”. El arzobispo dijo que el Gobierno estaba demasiado dividido “para mostrar la voluntad política” de afrontar la crisis.

Cabe recordar que el grupo islamista Boko Haram, que ha reivindicado la responsabilidad de un gran número de ataques, se calcula que ha asesinado al menos a 450 personas este año sólo en violencia contra objetivos no sólo de iglesias sino de edificios del Gobierno, la policía y los mercados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario